lunes, 20 de octubre de 2008

Bombillas de bajo consumo

Las lámparas fluorescentes compactas (popularmente conocidas con “bombillas de bajo consumo”, en inglés CFL) funcionan de forma similar a las lámpras fluorescentes de tubo pero están diseñadas para ocupar el lugar donde tradicionalmente se han venido utilizando las obsoletas bombillas incandescentes (convencionales de filamento) de toda la vida.
En algunos lugares como Australia se está planeando reemplazarlas obligatoriamente por lámparas fluorescentes compactas con efecto de moderar la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero (CO2 principalmente) y reducir así al menos una parte del impacto teórico que este gas tiene sobre el calentamiento global y en conseciencia el cambio climático.Algunas ventajas de las lámparas de bajo consumo sobre las bombillas incandescentes —o porqué deberías utilizarlas en tu casa:
  • Son “frías”: la mayor parte de la energía que consumen la convierten en luz que es lo que se espera de una bombilla. En cambio prácticamente la mitad de la energía que consume un bombilla incandescente se transforma en calor y no en luz.
  • Utilizan entre un 50 y un 80% menos de energía que una bombilla normal incandescente para producir la misma cantidad de luz. Una lámpara de bajo consumo de 22 vatios equivale a una bombilla incandescente que consume 100 vatios.Una bombilla de bajo consumo de 18 vatios utilizada en lugar de una bombilla inscandescente de 75 vatios supone un ahorro de 570 kWh o Kilovatio hora a lo largo de toda la vida de la bombilla, lo que económicamente (precio medio en España) supone a ahorrarse 62 euros en ese período de tiempo. 
  • También significa reducir en más de media tonelada el CO2 arrojado a la atmósfera.
  • Las bombillas de bajo consumo duran hasta 10 veces más y solo cuestan siete veces más. “10 veces más” significa hasta 10 o 12.000 horas, que equivale a entre 5 y 10 años para un uso medio de tres horas al día a lo largo de todo un año. Las versiones “longlife” de algunos fabricantes pueden llegar a duplicar esta duración.
  • Una bombilla incandescente cuesta entre 5 y 10 veces su precio en electricidad para hacerla funcionar a lo largo de su vida —que es de entre 750 y 1.000 horas.
  • Una bombilla incandescente apenas convierte el 2,6% de la energía que consume en luz visible, mientras que una lámpara fluorescente dedica hasta el 15% de la energía consumida en cumplir su misión de iluminar.
  • Si cambias cinco bombillas incandescentes (de las “normales”) por cinco bombillas de bajo consumo equivalentes (28 vatios)puedes ahorrarte unos 60 euros al año en electricidad. Y lo que es más importante, reducirás la emisión de gases del efecto invernadero en 340 Kg. 
Más eficaces que las bombillas de bajo consumo son los diodos emisores de luz o LED (“Light Emitter Diode”) que en breve comenzarán a utilizarse en la iluminación, especialmente con la consecución de diodos emisores de luz blanca. Actualmente son cada vez más habituales verlos en linternas, pilotos de coches y como fuente de luz para los semáforos, además de los rótulos luminosos de siempre.

Fuente: Microsiervos

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